Conferencia Bernardo García de la Torre

(Conferencia completa de Bernardo García de la Torre en el vídeo)

Presentación:

De aquí a mayo iremos organizando diferentes charlas, cada mes una charla, en febrero, en marzo, en abril habrá un concierto también en la escuela con Etorkizuna Musikatan, y en mayo cerraremos el centenario con un ballet, en el que tanto el ballet como la música están creados para festejar el evento.
En paralelo hay una exposición fotográfica que ahora mismo está en el Centro Municipal de Rekalde, y que ya a partir del lunes pasa al salón de actos de Franciscanos, y luego irá rotando por diferentes espacios del barrio y de los sitios. Lo tenéis en el programa que hemos dejado en la mesa de entrada, y en Franciscanos si lo queréis ver será por las tardes, en la primera quincena de febrero, de seis a ocho, de lunes a jueves. Y también estamos montando un vídeo documental con el testimonio de vida de diferentes personas, que bien alumnado, bien profesorado, ha pasado por el centro a lo largo de años.

Tenemos personas de ochenta y tantos años que nos cuentan su experiencia aquí, y personas de cuarenta y tantos años. Quisiéramos agradecer a las personas que de alguna forma, desinteresadamente, habéis colaborado en el cofunding que preparamos para recaudar dinero, porque cualquier euro nos viene muy bien, ya que lo que es el padre del edificio, el propietario, que es el ayuntamiento, a día de hoy todavía no nos ha dado ningún tipo de subvención. Entonces, vamos haciendo y esperemos que en algún momento tengamos alguna subvención.

En ese sentido, le doy el agradecimiento a Bernardo por su colaboración desinteresada al organizar la conferencia. Y ahora sí, os paso a presentar a Bernardo Iñigo García de la Torre.

Él es de Zalla, estudió arquitectura en Valladolid, y os leo el currículum que la verdad es bastante extenso. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en el País Vasco. En 1988, fundó el estudio García de la Torre Arquitectos, junto con su hermano Francisco Javier, acometiendo en esta etapa proyectos y trabajos de gran diversidad, desde proyectos de edificación de edificios singulares como el Cine Teatro de Zalla o el Polideportivo de Llodio, y proyectos de rehabilitación de edificios históricos como el Palacio Artaza de Leioa o el Castillo de Butrón en Gatika.

Ha colaborado con ot ras empresas como Estudios Arriaga S.A. de Bilbao o la Ingeniería Apia XXI S.A. en Santander, en la que ha sido responsable desde el Parlamento de Edificación, desarrollando proyectos como el Gran Tanque de Ingeniería Marítima e Instituto de Hidráulica de Cantabria, la Rehabilitación del Gran Casino de Santander o la Estación Marítima de Mahón. Paralelamente, ha desarrollado una intensa actividad en el campo de la cultura arquitectónica con distintos formatos, a través de publicaciones, conferencias, exposiciones, cursos, etc. En colaboración con instituciones o a través de iniciativas privadas.

Caben destacar, por ejemplo, las exposiciones "Manuel María de Smith, Arquitecto", "100 años de Propuestas Urbanas en Bilbao" o los libros "Bilbao Arquitectura", "Bilbao Nueva Arquitectura" y "Arquitecturas para el Cine en Bilbao". En los últimos años ha desarrollado una labor docente en distintos ámbitos, impartiendo cursos relacionados con la práctica edificatoria y la cultura arquitectónica. Por último, ha abierto un nuevo apartado en el campo de la producción audiovisual con la puesta en marcha del canal de vídeo en YouTube "Bilbao Arquitectura" o la colaboración en producciones como "Los pilares del tiempo" de Televisión Española.

Colabora desde su primera edición con el Festival de Arquitecturas Open House Bilbao y ha participado en varias ediciones de las Jornadas Europeas de Patrimonio, entre otras actividades. Y dicho esto, todo el tiempo ahora es para Bernardo.

Intervención de Bernardo García de la Torre

Nos vamos ya, después de los aplausos lo normal es a irse para casa. (risas) Estoy realmente sorprendido por la afluencia de gente, por lo valientes que habéis sido de acercaros hasta aquí, con el tiempo tan desapacible que estamos teniendo estos días. Y yo creo que la ocasión lo merece. El centenario de un edificio, no siempre podemos celebrarlo, mucho menos con un uso que se mantiene desde sus orígenes.

El uso de actividad escolar, de centro de enseñanza. Por tanto, días de celebración. Estas jornadas que, gracias a este equipo del centenario, se han organizado desde aquí hasta mayo.

Le agradezco la invitación. Y este, lógicamente, no podía faltar. Habría sido un pecado mortal estar aquí compartiendo con vosotros esta celebracion.

Celebración que tiene una cara B, como muchos ya sabéis. Y es que el proyecto está en un momento incierto. En el futuro, vamos a decir, gris.

Que no sabemos lo que va a pasar en los años venideros. Sencillamente de baja afluencia de alumnos, de bajas matriculaciones. Tiene distintas pendientes que supongo que se irán acometiendo a lo largo de estas jornadas.

Pero bueno, hoy nos vamos a quedar con la parte positiva, con la parte de celebración. Porque como os digo, estamos en un edificio singular. Uno de los centros escolares de Bilbao que probablemente más elementos originales mantiene, y me refiero no solo a este espacio extraordinario de Salón de Actos, en pendiente, como habéis visto, con escenario, bueno, casi teatral, extraordinario, sino otro tipo de elementos de los que luego hablaremos.

Voy a hacer una breve introducción. El tema de la charla, supongo que ya sabéis, es la evolución que tuvo la arquitectura docente en Bilbao a lo largo del primer tercio del siglo XX. ¿Se escucha desde atrás? ¿Se oye? ¿Se oye desde atrás? ¿Eh? ¿Se oye mal? ¿Ahora? Mejor. 

Ahora mejor. La evolución, decía, de la arquitectura docente en nuestra ciudad en el primer tercio del siglo XX. Y para eso voy a retroceder un poquito con unos breves antecedentes, para situarnos un poco, contextualizar un poco en qué consistió esa evolución.

Realmente, lo que ahora conocemos como enseñanza universal, escuela pública, etcétera, etcétera, son conceptos que no empiezan a aparecer hasta la segunda mitad del siglo XIX. Un poco con la formación de los estados liberales en Europa, se empieza a hablar de estas cuestiones. Luego os pondré algunas imágenes, pero ahora casi prefiero hacer el discurso inicial simplemente hablado.

Por tanto, a partir, en España en particular, a partir de 1857, con una ley que se llamó la Ley Moyano, que respondía al ministro que la impulsó en aquel momento, es cuando se empiezan a hablar de estas cuestiones, se empieza a hablar de la escuela pública, de la universalidad de la enseñanza y del acceso universal de los niños y las niñas a la enseñanza.

Pero, sin embargo, durante unos años todo eso quedó en teoría, ya que no se ponían los recursos o los medios económicos para que eso se hiciera realidad. La realidad era que el acceso a la enseñanza estaba limitado a unos pocos privilegiados y normalmente en manos de centros que eran llevados por congregaciones religiosas. Ese era un poco el panorama. No olvidemos también que en esos años en muchas zonas estaba muy arraigado el trabajo infantil, es decir, los niños a donde iban era a trabajar.

No existía todavía esa conciencia que tenemos ahora de la educación, ni conciencia a nivel social ni tampoco a nivel familiar. Se empezaron a dar algunos pasos en esa segunda mitad del siglo XIX. En España en concreto se crea un Ministerio de Instrucción Pública que intenta potenciar esto que estamos contando. Se empiezan a dictar algunas normativas, algunos marcos y se empiezan también a aportar desde el Estado algunas ayudas. Pero lo cierto es que el panorama, todavía en el cambio de siglo, es el de unos centros escolares muy obsoletos, los que existían, unas condiciones en las aulas realmente poco favorables para la enseñanza. Imaginemos normalmente aulas enormes con más de cien alumnos y un único profesor en los que, por ejemplo, el concepto de grado, es decir, de diferenciación del alumnado por edades, no existía.

Ahí estaban los niños de distintas edades compartiendo esa enseñanza con un único profesor. Ese era más o menos el panorama que existía. Si nos vamos aproximando, ya tenemos el cambio de siglo, entramos en el siglo XX, en las primeras décadas se avanza algo más y aquí en concreto en Bilbao tenemos una situación bastante más favorable que en el resto de ciudades, de grandes ciudades de España.
Por un lado porque la tasa de alfabetización es bastante más alta, luego veremos algún gráfico, que en el resto de España, y porque por ejemplo en Bilbao a finales del siglo XIX ya tenemos aproximadamente 60 escuelas, de las cuales ya 20 son públicas. Es decir, de alguna forma estamos un poco, estamos en la vanguardia de lo que se estaba buscando de esa mejora y de esa universalización de la enseñanza. Bien, se va avanzando, dentro de ese ministerio se crea un negociado que facilita la construcción de nuevos centros, es un poco así como una oficina de visados, que controla un poco las condiciones higiénicas.

Hay que tener en cuenta que en esas fechas las oleadas de epidemias como la gripe española son muy habituales, en Bilbao en concreto la gripe española afectó a una gran parte de la población, por tanto esas ideas higienistas, que vienen de Centro Europa sobre todo, también se van a empezar a aplicar en los centros de enseñanza, porque lógicamente la población infantil es una población bastante vulnerable en estas cuestiones. 

Bueno, y en Bilbao, en esa etapa de transición, podemos decir que serán como dos fases diferentes. La primera fase está promovida más por los propios arquitectos que teníamos aquí, que estaban trabajando, tenían responsabilidades en el diseño de los equipamientos docentes.

Y tuvimos la enorme fortuna de que en Bilbao coincidieron dos grandes, no, grandísimos de la arquitectura en pocos años. ¿De quiénes estaremos hablando? Bastida omnipresente y Espizua. Bastida y Espizua, es que bueno, lo más de lo más.

Ellos tuvieron responsabilidades como arquitectos municipales y Bastida ya en 1907, recién llegado prácticamente a Bilbao, después de acabar sus estudios en arquitectura en Barcelona, empieza a trabajar en proyectos de centros de enseñanza. Pero es que él quería ir más lejos, quería sentar unas bases teóricas, una especie de manuales de cómo se tenían que construir los centros de enseñanza, cuáles tenían que ser sus características, cómo mejorar el bienestar de los niños, de las niñas, de los profesores, cómo introducir nuevos espacios, cómo mejorar los aseos, etcétera, etcétera. 

Entonces él publica un manual, el título es muy largo, luego lo proyectaremos ahí, que toca todas esas cuestiones, incluso hasta cómo tenían que ser los patios, el mobiliario urbano, el material de enseñanza, etcétera.

Bilbao, en 2013 decide el municipio reorganizar de forma amplia toda su red de centros escolares, con una amplia reestructuración y como os digo, tiene la suerte de que Bastida está en Bilbao y va a tirar del carro con proyectos importantes y con unas bases teóricas que ya había dejado. 
Y poco después, luego veremos imágenes de centros que diseñó Bastida, seguro que conocéis casi todos ellos, y poco después llega el otro grande, Pedro Ispizua. Pedro Ispizua va a tomar también las riendas de los equipamientos docentes en Bilbao y va a arrancar con una obra primeriza, nada más llegar a Bilbao, una obra de un centro escolar extraordinario.

¿De qué centro estaremos hablando? De este. El centro Tomás Macho, Escuelas Mirada, Escuelas de Torreuruzar, que también han tenido esos nombres. 

Bueno, ese es un poco, en resumen, el arranque, en ese primer tercio del siglo XX, de esa primera fase de evolución.

Es decir, primera fase de evolución gracias a los propios arquitectos, que entienden que el concepto, la metodología y la arquitectura que acompaña a esos nuevos conceptos metodológicos de enseñanza tienen que evolucionar. Luego llegará una segunda fase de la que vamos a hablar un poquito más adelante. Pues lo ilustramos, lo que acabo de comentar, con algunas imágenes.

La idea es que cuando yo acabe la charla tengamos un rato para que podamos tener un coloquio, podéis aportar lo que queráis, preguntar, comentar. Así que yo voy a hacer, tengo aquí el reloj, voy a hacer como Van Morrison en sus conciertos. Ya sabéis que pone el reloj.

Y cuando llega, corta, esté donde esté. Como si estaba en medio de una canción. Se acabó. (risas)
Aquí lo mismo. Esto es para poder tener un poquito de distancia. Bueno, el título, "Arquitectura docente en Bilbao en el primer tercio del Siglo XX".


La primera parte la voy a pasar un poco rápida. Las cifras dan alfabetismo en España, 1860. Como digo, en Bizkaia y Bilbao está en una situación bastante mejor.

Analfabetismo en 1860:

España:      80 %

Bizkaia:     50 %

La política educativa pública, prácticamente inexistente. No había medios económicos, ni docentes, escuelas muy precarias, como decía, una falta de cultura y de conciencia escolar. Las primeras leyes, esta es la ley de Moyano, que dio nombre a esta primera ley de base de instrucción pública, la ley Moyano.


En 1857, pero hasta 12 años después, no se pusieron los medios para poder desarrollar esa ley. Este es un poco el esquema gráfico, que nos hagamos una idea de un habla en esos años. Es decir, escuela unitaria, sin grados, entre 100 y 200 alumnos, con un único profesor.

Eso era lo que había. Era el mejor de los casos cuando lo había. Lo que os he dicho un poco es la situación en Bilbao, bastante mejor que en otras ciudades.

        1882:
        60 escuelas en Bilbao (20 públicas)

        1896:
        67.5 % de la población alfabetizada (80.5 % hombres)

Bilbao, Vitoria y Madrid eran las tres ciudades con mejores condiciones, tanto de alfabetización, como de escuelas. ¿Y cómo eran esas escuelas? Os he puesto aquí un ejemplo que es muy claro, que muchos conocéis. Son las escuelas Viuda de Epalza, escuelas Tiboli.


¿Por qué se llaman Viuda de Epalza? ¿Quién era su marido difunto? Tomás Epalza, un empresario que había hecho mucho dinero. ¿Y la Viuda de Tomás Epalza quién era? Casilda de Iturizar. El parque Doña Casilda también recibe su nombre y como tenía mucho dinero, donó, por ejemplo, para hacer escuelas. Este era el esquema. Yo dibujaba ahí una línea de simetría, porque marca muy bien cómo era la estructuración de esos centros.

Casi eran dos centros, uno para niños y otro para niñas. Básicamente la escuela era el aula, con mucha suerte un poquito de zona de juegos, aparte de los aseos, y si había lugar, la vivienda del maestro o de la maestra. Eso es un poco el esquema que se da en todas estas escuelas que tenemos en esta ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Esta es un su fachada, perfectamente simétrica, Julio Salazibar su arquitecto original, luego hubo muchas modificaciones y ampliaciones. 
Y estas son algunas otras escuelas que existían también en esos años. Escuelas de la Casilla, Berastegui, casi todas ellas en arquitectura bastante monumental, Cervantes y otras en zonas un poco más periféricas, algo más sencillas.
Tenemos las escuelas de Olabeaga, que también existen, aunque con otros usos, o las escuelas de Marzana. Pero todas con ese formato. Estamos hablando de unas escuelas que, luego hemos calificado algunos que nos hemos dedicado a estudiar este tema, que eran escuelas pasivas.

Es decir, los alumnos y las alumnas recibían su formación, iban al aula, recibían su formación, no participaban en ninguna otra actividad y se iban para casa. No había ninguna interacción entre los alumnos, ni siquiera con el profesorado, ni con ninguna otra actividad que se saliese de la mera y estricta formación o enseñanza que se daba en la escuela.

1900

Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
  • Enseñanza obligatoria hasta los 12 años

  • Escuelas nacionales costeadas por el Estado 

  •  Segunda enseñanza: Bachillerato de 6 años

Lo que hemos dicho, siglo XX, la creación del ministerio, se empieza a establecer, por ejemplo, enseñanza obligatoria hasta los 12 años, luego se irá trabajando hasta los 9, el Estado empieza a poner fondos para costear nuevas escuelas, se empieza a hablar de los grados, párvulos, elemental, bachillerato, etc.

Empieza a cambiar un poco el panorama en esa primera década, y un poco el esquema empieza a cambiar. Y empieza a cambiar también el concepto del aula, las dimensiones y el número de alumnos de forma sustancial. Incluso el desdoblamiento que se llamaba en aquella época, no sé si ahora se llama así, de más de un profesor por aula.

Empieza, arranca aquí. Como veis, la tasa del alfabetismo sigue descendiendo, y empieza a aparecer este nuevo modelo de escuela pública. 

Es un poco el esquema de las aulas en esas normativas que vienen desde ese ministerio de instrucción pública, número de alumnos entre 25 y 50, se marca también el volumen que tiene que tener el aula, las dimensiones más o menos aproximadas, etc.

Y una cosa curiosa, dentro de esas normativas aparece esta frase, esto es una sección, un corte vertical del aula, serían los pupitres, las cabezas serían los alumnos, la cabeza roja el profesor, y se dice en la normativa que el alumno... Es decir, unos ventanales amplios para que el alumno pueda ver el firmamento. 

No es que haya afirmación tan ambiciosa, que pueda ver el firmamento. Quizás en algunas escuelas rurales era posible, en entornos urbanos sería más difícil, pero llama la atención esa expresión.

1911

    • 6 grados
    • Desdoblamiento de profesorado
    • Inspección médica de locales y alumnos

1913

Bilbao: Reorganización del sistema escolar

Bien, como os decía, empieza a haber esa evolución, en 1913 se produce esa reorganización, y la figura omnipresente de Ricardo Bastida. 


Y aquí creo que aparece el título que os decía antes, de ese estudio que publica "Edificios escolares y sus anejos, campos de juego y de experimentación, jardines, parques escolares, mobiliario y material de enseñanza". Y pocos años después publica otro ensayo, todavía más completo, que lo titula "Arquitectura escolar".

Se convierten, por tanto, en los manuales para todos aquellos arquitectos que les tocara esa labor de diseñar un centro escolar, al menos en el centro de nuestra ciudad. 

Y fijaos, en 1907, también una de sus primeras obras, le toca hacer una pequeña escuela en una zona periférica, en Larrasquitu, y os llamo la atención sobre la estructura del aula, que está remarcado en rojo, Ricardo Bastidas se atreve, en 1907, a plantear un aula con enseñanza mixta, niños y niñas, en un mismo espacio, algo impensable en aquel momento, eso sí, en pupitres diferenciados, una fila de pupitres para los niños y una fila de pupitres para las niñas. Pero se atreve a plantear esa cuestión que, decimonónicamente, ya estaba establecida como que era impensable.
Lamentablemente no tuvo continuidad esta apuesta de Bastida y todavía hubo que esperar unos cuantos años a que la enseñanza mixta empezase a llegar. 

Y otras obras de Bastida, donde va a desarrollar toda esa base teórica, escuelas Múgica, en la Ribera, escuelas de Indautxu, escuelas de Iturribide, hace planteamientos incluso de cómo tienen que ser los aseos, cómo tienen que ser las escaleras para que los niños no sufran caídas, y voy a hacer un pequeño spoiler o paréntesis, aquí en esta sala hay dos compañeros que han intervenido en alguna de estas escuelas, en alguno de estos centros, poniendo al día esas instalaciones y dando una segunda vida a esos edificios, a esos centros, con mucho respeto y con mucha sensibilidad sobre los proyectos originales. Así que, bueno, por aquí están.
Escuelas de Indautxu, las normas para combatir la epidemia gripal, los temas higiénicos que os comentaba, y, por ejemplo, en las escuelas Múgica empiezan a aparecer espacios que no existían hasta entonces, salas de lectura, bibliotecas, salas de reunión de profesores, etc. Es decir, ya el centro empieza a ser algo más que meramente unas aulas y como mucho un espacio pequeño de patio. Todo ello gracias a Ricardo.
Escuelas de Indautxu. Todavía la simetría y la diferenciación de niños y niñas. 
Escuelas de Inturribide.
Llegamos a los años 20, años que hemos llamado de transición. Vamos a ver qué es lo que pasa. Como os decía, aparece una oficina técnica, una especie de oficina de guisado del ministerio, nuevas normativas sobre centros escolares, se va avanzando, pero, curiosamente, las instituciones que llegan desde Madrid, desde ese ministerio y de esa oficina, eran las que ya Bastida había planteado aquí en Bilbao años antes, prácticamente 15 años antes.

1920

Oficina Técnica de Construcciones de Escuelas 

- Redacción de proyectos y ejecución de obras

- Revisión de los centros existentes 

1923

Nueva normativa y nuevos modelos de centros escolares 

Bastida se adelanta casi 15 años a las normativas y exigencias que van a llegar desde Madrid años después. Algo extraordinario, como casi todo lo que hizo y lo que tocó. Y cambia la redacción de la normativa.

El término, firmamento, en este momento se rebaja al término paisaje. Un poquito menos ambicioso, pero también curioso. Que uno vea el paisaje a través de las cristaleras del colegio.

Un tema que se sale un poco, pero que no quería dejar de citar, son las escuelas de barriada, que intentan atajar el problema de analfabetismo que existía en los núcleos rurales de Vizcaya. Diego Basterra, también un arquitecto importante, aquí en Vizcaya, desarrolló unos modelos, que probablemente algunos conoceréis, que se repitieron. Prácticamente era un modelo, un catálogo que se repitió en muchos pueblos, en los pequeños núcleos rurales.

Algunas todavía existen, algunas se han reconvertido en otras cosas. Pero fueron también un apartado importante para acometer la enseñanza de los núcleos rurales. 

¿Quién es este señor?

Tomás Camacho. Estamos en las escuelas Tomás Camacho. Este hombre era cordobés, curiosamente.

Tuvo mucha vinculación con la prensa, estuvo en el Periódico Nervión, fue presidente de la Asociación de la Prensa, pero sobre todo impulsó, de forma importante, iniciativas de protección de la infancia y de la educación. Por eso, tras su fallecimiento, se le dio ese nombre a estas escuelas, que al principio habían nacido como escuelas de Irala o de Torreurizar. Este es Tomás Camacho.


¿Y este quién es? Lo he puesto fácil, Ispizua. Ispizua el joven, Ispizua ya veterano. Más o menos con esta pinta, también recién llegado a Bilbao, le toca acometer su primera obra de equipamiento docente.

Es este centro, precisamente. Estamos en un entorno que yo creo que la mayoría conocéis bien, entre el barrio de Irala, el pintoresco barrio de Irala, que se creó gracias a la iniciativa de Juan José de Irala, en torno a la fábrica de Harino Panadera, no me voy a extender sobre eso, porque seguro que se habla en estas jornadas, y el barrio de Torreguriza, proyecto pionero, una vez más, de Ricardo Bastida, de vivienda social en Bilbao.
 
Bueno, lógicamente había una gran población infantil a la que había que dar servicio. Justo en la intersección, prácticamente, del punto de contacto de Torreurizar con Irala, estaba este solar disponible.

En este solar, Ispizua hace su primer proyecto de centro escolar, las escuelas Tomás Camacho, en las que estamos. 

Más obras de Ispizua.

Mercado de la Ribera. Quiosco de la Arenal. La Pérgola del Parque.

La Pérgola del Parque, importante, porque aquí también hay una pérgola. Sí, sí. ¿Alguna más? Escuelas de Atxuri. El Tigre. 

Las escuelas Luis Briñas. Las que habéis visto, las escuelas Luis Briñas.


Club Deportivo. Edificio precioso desaparecido, en Alameda Rekalde, el previo a Club Deportivo actual. Bueno, Ispizua iba para Carpintero Ebanista, que era la tradición de su familia. Pero, afortunadamente para nosotros, un profesor detectó sus grandes dotes para el dibujo en la escuela, y recomendó a sus padres que le inscribieran en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao.

Y de ahí, después ya se fue a Barcelona a estudiar arquitectura. Gracias a ese profesor que detectó en su capacidad para el dibujo, tuvimos años después uno de los mejores arquitectos y más prolíficos que hemos tenido en nuestra Ciudad. Ispizua Susunaga, de Bermeo.

Desarrolló casi toda su labor profesional en Bilbao.


Aquí tenemos las escuelas de Tomás Camatxo, un proyecto como digo primerizo, de alguna forma le sirvió como experimentación también para otros proyectos quizás posteriormente más decorados a nivel estilístico, pero bueno aquí no le tembló la mano, para ser un primer proyecto no le tembló la mano, hizo un proyecto extraordinario ya habéis, los que no conocéis el centro, ya habéis tenido un poco una idea de los espacios, de su vestíbulo, de su amplitud, de sus grandes escaleras y yo creo que de los centros escolares que conozco de Bilbao probablemente es el que más elementos mantiene, como os decía, originales de proyecto tanto este espacio extraordinario del salón de actos como elementos de las aulas, esas pizarras que suben y bajan, los percheros, los zócalos de madera, armarios, etc. 

Plantilla como veis, un cuerpo central y dos cuerpos laterales, yo siempre que veo una imagen de estas frontales, ya veis que los cuerpos laterales se abren para ajustarse al terreno, a la parcela una parcela que está como en una especie de basamento o plataforma para absorber las calles colaterales que tienen distinto nivele siempre que veo esta imagen, estas dos especies de torreones a mí se me asemejan a una especie de bisagras, bisagras a través de las cuales Ispizua ha abierto esos brazos de la escuela de forma un poquito más ampliadamente de lo normal.

Patio de juegos en la zona delantera y en la zona trasera pequeño huerto y jardín, un elemento que también ahora se ha ido incorporando en los colegios actuales.

Bueno pues ya, aquí en 1925 esos conceptos de higienismo, de la naturaleza, etc, etc, ya existían.
Este es el comedor original, que luego igual a la salida nos lo abren y lo podemos ver, más o menos cambian algunas cosas, pero bueno, el espacio está ahí.


Los corredores, y este espacio de vestíbulo, de entrada, probablemente os suene a los que conozcáis las escuelas García Rivero de Atxuri, es un poco ese mismo concepto y sobre todo aquí el elemento, el material que destaca por encima de todos en el interior y que se va a utilizar ya de forma habitual en los centros de enseñanza de esa época son las cerámicas, suelos de cerámica, azulejos, etc, etc, 

¿Por qué? por la higiene de ese material, porque es un material que se puede limpiar perfectamente por lo tanto esa solución se debe tanto a bastida como a Pedro Ispizua.

La pérgola, como decíamos, que luego también aparece en el parque de Doña Casilda, no es un proyecto suyo, pero la pérgola sí.


Llaman la atención esos rostros esculpidos en la zona alta, cerca del alero, y los que conozcáis el centro, no digáis nada, los que no lo conocíais y habéis llegado por primera vez, lo que os decía, ¿no? Entrada a la derecha para los niños, a la izquierda para las niñas El rótulo habitual, niños, niñas. Pero aquí en Tomás Camacho no pone "niños" y "niñas". 

¿Qué pone? ¿Qué pone? Justo, ¿qué pone? "Labor" y "estudio". 


A ver, las niñas, ¿Por dónde tenéis que entrar? ¿Por "labor" o "estudio"? Fijaos la sutileza  que me cuesta creer que corresponda al propio Ispizua, probablemente a alguna mente pensante de la época. 
Estaba muy claro en aquella época. Labor y estudio. Luego si no, os fijáis al salir.

Justo en esos años, cuando Ispizua está proyectando estas escuelas, está proyectando también otras escuelas totalmente novedosas y vanguardistas. Unas escuelas al aire libre, con espacios abiertos, en módulos, digamos, autónomos. En este lugar. ¿Qué lugar es este?


Artxanda. Funicular. Y arriba, ¿qué hay? Casino de Artxanda. 

Extraordinario edificio que desapareció en la guerra. 

Pues a media ladera, Ispizua se propone realizar unas escuelas para niños con problemas de salud, de las que sólo en España había un precedente, una escuela en Barcelona, pero que era un concepto que venía, sobre todo también, como casi todo en aquella época, del centro de Europa. Algo totalmente novedoso. 

Espacios abiertos, terrazas, enseñanza al aire libre, ejercicio, atención médica, etc. Incluso se diseñó el mobiliario, Ispizua diseñó el mobiliario, para que cuando el tiempo lo permitía, se pudieran sacar los pupitres y las mesas al aire libre o a las terrazas e impartir esa docencia al aire libre. Bueno, lamentablemente, el proyecto no llegó a buen término, como ya imagináis, por problemas de infraestructura.

Había que llevar hasta allí el agua potable, el saneamiento, etc. Todo este tema burocrático se ralentizó y estas escuelas, que habrían sido un ejemplo extraordinario y único, probablemente en nuestra ciudad no llegaran a ejecutar. Aquí tenéis una fachada. 


Como veis, no tiene nada que ver con este centro ni con otros. El concepto es totalmente diferente, espacios totalmente abiertos. 

Y, como os he dicho, gran dibujante, este es un boceto de las escuelas García Rivero, otro de sus proyectos, de Atxuri, que partiendo de este mismo concepto de estas escuelas, de bloque central y bloques laterales, ya presenta un estilo mucho más definido, mucho más limpio, una arquitectura, la que se denominó en la época como arquitectura montañesa, que tiene elementos regionalistas de la arquitectura de Cantabria y también del País Vasco.

El concepto es más o menos el mismo y, a nivel de espacios interiores y de programa funcional, no difiere demasiado de las escuelas Tomás Camacho, aunque sí que la parcela es más amplia y le permite una mayor facilidad en la distribución de los espacios. Habréis visto en la imagen de las escuelas Tomás Camacho que ya empieza también a darse servicio de comedor en algunos colegios. Y aquí en Atxuri también se consolida ese aspecto, que los niños puedan quedarse a comer en la escuela.

Todavía sigue siendo una estructura simétrica, diferenciando los espacios de niños y niñas. 


Bueno, nos puede sonar un poco a las escuelas Tomás Camacho este vestíbulo y con esas arcadas el uso de los azulejos, de las cerámicas, etc.  La parte posterior y la planta.


Bueno, pues ahora llega la segunda parte de la película. 

Voy a ver cómo va el reloj como Van Morrison. Vamos bien, vamos a poder tocar todas las canciones. Entonces, en 1931 llega la segunda república. 

El gobierno de la nación cambia radicalmente. Y cambia tanto que en el propio articulado de la constitución, de esa segunda república, se establece que casi los artículos más importantes son los dedicados a la educación. Porque desde ese gobierno se piensa, ideológicamente, que a través de la educación va a ser la forma más directa de llegar a la auténtica democratización del país.

Y que hay que eliminar de forma radical y rápida el analfabetismo, los índices de analfabetismo que todavía quedaban en nuestro país. ¿Y cómo se hace esto? Bueno, pues, con enseñanza gratuita y obligatoria, enseñanza laica, es decir, se intenta dejar ya a la iglesia de lado en sus responsabilidades dentro de la enseñanza, con una metodología que hace del trabajo y del esfuerzo uno de los elementos fundamentales de la formación del alumnado y con ideales de solidaridad. Estos son los temios que aparecen en la constitución y en los articulados posteriores que desarrollan esta ley.

Para que los niños y las niñas no se vean condenados a perpetua ignorancia. Esa es la filosofía y el texto. Y, por tanto, vamos a pasar en esos años 30 de esas escuelas pasivas de las que veníamos, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, a las escuelas activas.

Es decir, un concepto casi de darle la vuelta al sistema y a la metodología de enseñanza que estaba ahí delante hasta entonces. Y veamos por dónde van los tiros. A nivel arquitectónico, lógicamente, este nuevo concepto iba a requerir unas nuevas arquitecturas, unos nuevos centros.

Porque, como vamos a ver ahora, los requerimientos eran totalmente diferentes de lo que había sido una escuela hasta esos momentos. En realidad, lo que se intenta es que los nuevos centros escolares cumplan, aparte de esa función democratizadora, función cultural, la incorporación del alumnado a la práctica del deporte. Y una cosa muy importante, que hasta entonces no se tenía en cuenta, que ese centro escolar tuviera una relación muy directa con el barrio.

Es decir, formase parte de la estructura del barrio. Aparte de las funciones culturales, higiénicas y demás que vamos a ver. Y estaríamos avanzando hasta esta situación. 


Entramos ya en una educación laica. El formato de las aulas no cambia mucho. Se está hablando en esa época entre 25 y 40 alumnos, desdoblamiento del profesorado. 

Pero ya aparecen, por ejemplo, 6 grados, desde párvulos hasta grado superior. Y aparece ese concepto, en muchas de las transcripciones, de escuelas activas. Vamos a ver un poco en qué consisten esas escuelas activas.
En el articulado de las normativas que van desarrollando esta idea, aparecen estos conceptos. Escuela universal, gratuita, obligatoria, laica, mixta, ya por primera vez. Interclasista, unificada y universal.

El plan se lanza con todo. En dos años, entre 1931 y 1933, se plantea la creación en España de 13.000 nuevas escuelas. Y se plantea también la formación, lógicamente, de 7.000 nuevos maestros y maestras. 

Un plan realmente muy ambicioso. Lógicamente, como os decía, se promulga una ley de confesiones religiosas que intenta apartar, de alguna manera, a la Iglesia de las labores de enseñanza. ¿Cómo se pone esto en marcha? ¿Cómo se generan esos nuevos modelos de escuelas? Porque no había ninguna tradición.

Bueno, pues normalmente, en muchos casos, se recurre a la convocatoria de concursos de arquitectura. Y aquí en Bilbao vamos a tener una convocatoria de un concurso realmente muy importante, que fue el de las escuelas de San Francisco. Fijaos, para empezar, que la ubicación no es baladí. 

Ya era un barrio, digamos, conflictivo, marginal, etc. Se pretende que con la creación de la propia escuela, esa acción social que os decía, que se buscaba también con ellas, regenerase o sirviese para regenerar de alguna forma también la vida en el barrio. Por tanto, se escoge un lugar muy concreto por una razón muy concreta.
Se convoca ese concurso, se presentan bastantes equipos de distintos lugares de España, casi todos jóvenes arquitectos, que dan soluciones, aportan soluciones a este nuevo concepto. Y finalmente se elige el proyecto de Joaquín Zarranz y Juan Madariaga, arquitectos vascos, que dan respuesta al programa que vamos a ver. Y por cierto, vamos a seguirle ya la pista hasta el final a Pedro Ispizua, porque aunque él no participa en el concurso, sí participa como miembro del jurado. 

En el jurado, aparte de políticos y demás, están los que tenían que estar, Ricardo Bastida y Pedro Ispizua. 


Bueno, no os asustéis. Fijaos, hasta ese momento las escuelas podríamos decir que se limitaban al primer término que tenemos arriba.

Más o menos, escuela elemental. Pues ahora se establecen como tres bloques nuevos a incluir en los programas de las escuelas de San Francisco. Pero voy a leer, así no me quedo sin aliento. 

Escuela elemental, escuela maternal, servicios higiénicos. Servicios higiénicos que podemos casi equiparar a lo que sería ahora un centro de día o un ambulatorio. Piscina, peluquería, dispensario médico, biblioteca, comedor, ropero, etc.

Segundo bloque en el programa, escuela de enseñanza para adultos y de escuela del hogar, con clases de cocina, etc. Y tercer bloque del programa, jardín de infancia, parque escolar, patios cubiertos, frontones y espacio público. Espacio público cubierto que sería el espacio que conectaba y va a conectar el centro con el barrio.

¿Qué os parece? Cuanto menos ambiciosos. Bien, bueno, el concurso se falla. Como os he dicho, ganan el equipo del proyecto que presentan Joaquín Zarranz  y Juan Madaria, jóvenes arquitectos.

Y vamos a ver un poco, de forma esquemática, cuáles son. 


Estos son dos maquetas del proyecto. Como veis, un gran complejo edificatorio con una zonificación de usos, con distintos edificios, algunos de altura superior.

El solar era muy complicado porque era un solar en pendiente. Ya sabéis, creo que os situáis donde está, Plaza Corazón de María, en Bilbao la Vieja.


Y creo que aquí hay un esquema donde vamos a verlo mejor. Calle San Francisco. Y ahí tenemos, en la parte superior, la escuela elemental.

Que sería la escuela más o menos que había existido hasta entonces. En la zona central, un gran volumen con un auditorio para mil personas, la piscina, la zona deportiva, etc. Y en la zona derecha, más baja, los elementos adicionales, escuela maternal, la inspección médica, escuela de hogar, etc.

Importantísimo, el patio y esta zona de parque en conexión directa con el barrio. Es decir, no era una escuela, como ahora tenemos muchas, que queda aislada del barrio. Sino que realmente era casi como un espacio público dentro del barrio de San Francisco.

Bueno, ¿qué pensáis que pasó con este proyecto? ¿Se hizo o no se hizo? ¿No se hizo? ¿Cómo que no se hizo? Atención, antes de saber si se hizo o no se hizo, vamos a repasar. Escuela elemental, 1.600 alumnos. Escuela de ampliación de estudios, 400.

Comedor, imprenta, también tenía. Laboratorios, salón de actos, capacidad para mil personas. Párvulos, salas cuna, guardería.

Importante también, ya se planteaba la conciliación familiar, la conciliación laboral, etc. 600 salas cuna, escuela de hogar. Aprender a cocinar, a los labores, etc.

Inspección médica. Sumamos, 3.200. 3.200 personas moviéndose diariamente dentro de esos espacios. Realmente muy llamativo.

Entonces, sobre si se construye o no se construye, vamos a ver primero un detalle del aula. Ya que antes hemos visto ejemplos del aula, porque es muy interesante. Al final tenía muchas cosas, pero en lo que es la enseñanza, la célula principal seguía siendo el aula.

El aula, en la sección superior, se distribuye en forma cuadrangular, que era una distribución, un espacio bastante atípico. Hasta entonces solían ser más bien rectangulares, con pocos alumnos.

Se hablaba incluso de hasta 24 alumnos. Estaba el aula, había una galería lateral, que recogía en el invierno el calor del sol. Que servía para, de alguna forma, de manera natural, calefactar esos espacios.

Porque también se hablaba de que ya los espacios tenían que tener condiciones de calefacción y de bienestar para los alumnos. Y se cuidaba también la ventilación natural cruzada. Desde la zona exterior hasta la otra parte del corredor de acceso.

Y fijaos en la planta de distribución. Este es el pasillo, escaleras. El aula se separa del pasillo a través de un elemento de mobiliario que son armarios, estantería, roperos, etc. Con lo cual se establece un aislamiento acústico, de alguna forma, entre el aula y los espacios de más movimiento del centro. Y un detalle muy significativo. No sé si lo veis. A la entrada, un lavabo. Para que al entrar los alumnos se laven y al salir se vuelvan a lavar.

Todavía es el concepto de higienismo muy instalado en estos proyectos. Se está construyendo. Se hizo.

Tres millones de pesetas de presupuesto. Una barbaridad para aquella época. Para un centro escolar.

Se empiezan a construir, paralizaciones debidas, por un lado, a temas constructivos. Problemas con el subsuelo, lluvias. Presupuesto que empieza a no llegar. Y se va estirando y se va estirando.

La guerra civil. Paralización. Y sí, finalmente, se inaugura.

Se inaugura casi nueve años después del comienzo de las obras. Pero se inaugura de forma totalmente cercenada. Es decir, si volvemos para atrás.

De todo este gran programa, casi lo único que se construye es lo que existe ahora, es esta parte baja que es aproximadamente un quinto o un sexto de lo que tenía que haber sido la superficie total del centro.

No se llega a completar el centro porque ahora la zona de la escuela elemental son viviendas. Lo que sería el patio ahora es la plaza.

¿De acuerdo? Grupo escolar que se le dio el nombre de Tomás Meade, que era un político socialista. Por tanto, digamos que este primer intento de generar un modelo para la nueva metodología de enseñanza fracasa, de alguna manera, por lo menos parcialmente. Pero Ixpizua, que volvemos a retomar, aunque no había participado en el proyecto, sí había estado, hemos dicho, en el jurado. Toma buena nota. Y unos años después le toca a él redactar el proyecto para las escuelas de Santutxu.

Digamos que la antiglesia de Begoña se había incorporado pocos años antes, en 1925, a Bilbao. La población estaba creciendo y necesitaba también un centro escolar para dar servicio a aquella zona. E Ixpizua plantea un proyecto que es muy deudor del proyecto de las escuelas de San Francisco.
Un poco menos ambicioso, con un poco menos de presupuesto, pero también con un programa muy variado. Pero, de repente, da un cambio de registro radical. ¿Eso qué se habla del cambio radical? El cambio de registro radical lo da Ixpizua.

Ahora podemos ver si comparamos, por ejemplo, estas escuelas o las escuelas de García Rivero, que había construido pocos años antes. Lo que nos demuestra es que Ixpizua, como otros grandes arquitectos de la época, sobre todo Ixpizua y Bastida, eran, con lo que yo digo, unos arquitectos muy poliédricos. Es decir, no tenían un estilo propio, sino que sabían adaptar distintos estilos a lo que ellos pensaban que el proyecto necesitaba en esos momentos.
Ixpizua pensó que ese proyecto de Santutxu, como también respondía a esta concepción de nuevas escuelas activas, tenía que tener esa imagen. 
Bueno, un centro escolar para 1.200 alumnos. Tampoco era pequeño.

Y él dice que las más recientes normas higiénicas... fijaos que el tema del higienismo no desaparece en ningún momento, en una composición arquitectónica, producto de una expresión racional de su traza interior. Aparece la palabra racional y extendemos la palabra al racionalismo, que es un estilo que también viene de Europa y que de alguna forma supone la eliminación, por simplificar mucho, la eliminación de elementos decorativos y jugar más con las bases de la volumetría del edificio, etc.


Y bueno, pues de nuevo los grandes dotes de dibujo hace este boceto inicial de algo que efectivamente tiene muy poco que ver con todos los proyectos que había hecho anteriormente. Estos que hemos citado, Ollerías, también hizo en Lutxana, etc. Un estilo totalmente diferente, donde no desdobla tanto la arquitectura como en el proyecto de San Francisco, sino que es un edificio más compacto y donde combina la gran horizontalidad del edificio con la verticalidad de ese elemento de remate de esa torre extraordinaria en su parte central.

Yo diría que he tenido la suerte, lo he visitado varias veces, pero he tenido la suerte de visitarlo recientemente, ha tenido también unas buenas intervenciones de reforma y yo diría que es probablemente uno de los mejores proyectos de centro escolar de los años 30, por limitarlo, a nivel incluso internacional. Es un proyecto extraordinario y totalmente vigente en su interior, en sus espacios.

Yo disfruté muchísimo recorriéndolo y creo que es uno de los grandes aciertos de Ispizua. Mira que tiene edificios interesantes. Bien, Ispizua introduce un elemento novedoso.


Hemos hablado del aula como la célula básica. Aulas semicirculares. Eran las aulas de párvulos.

Entonces él planteó la idea del profesor, el maestro y los alumnos de forma semicircular, en torno al maestro. Eso era algo que, por lo menos aquí, no se había visto nunca. Una rara novedad en cuanto al formato y al espacio del aula.

Y de paso aprovechó para crear en la parte superior de las aulas, en su tejado digamos, retomar el concepto de aquellas escuelas de Artxanda que no pudo construir. Es decir, unas terrazas, espacios de terraza, estupendos, donde cuando el tiempo lo permitía, pues también los alumnos podían salir y se podían dar las clases al aire libre. Justo encima de las aulas de párvulos.


Bueno, aquí tenéis algunas imágenes de la época. Bueno, esta imagen, por comparar lo que os he dicho. Cinco años de diferencia entre un proyecto y otro.


Si a cualquiera le decís que son proyectos del mismo arquitecto, pues no os creería. Bueno, Ispizua era capaz de eso. Ahí radica gran parte de su grandeza.

Ya habéis visto que sí se construye, porque lo conocemos, porque está vigente, porque tenemos las imágenes. Pero también tiene muchos problemas el proceso de construcción. Muchas paralizaciones, pues eran también años convulsos, problemas de financiación, problemas constructivos.

Se inaugura, si no recuerdo mal, trece años después, lógicamente ya en la etapa franquista, trece años después de su inicio, del arranque de sus obras, de su proyecto.

Y, lógicamente, en una situación muy diferente de la que se había creado. Estas ideales de la II República habían sido ya cercenados por el régimen franquista. Y entonces aquí hay una imagen muy significativa y muy simbólica respecto a esta cuestión.

Si os fijáis en la fotografía de arriba, la pequeña, es un aula. Justo poco después de inaugurarse, si no recuerdo mal, de 1945.

Bueno, pues lo que iba a ser una escuela laica, etcétera, etcétera, democrática, tenemos la imagen de la Virgen, el Crucifijo y el retrato de Franco. Curioso, yo creo que es una imagen que en sí misma resume la conclusión a la que tenemos que llegar, es decir, esta idea, esta formulación de esos años, de una nueva enseñanza y de unas nuevas escuelas activas, lógicamente fracasan.

Pero, ojo, es cierto, fracasan porque las condiciones políticas cambian, y por ejemplo el régimen franquista supone no solo un freno, sino un retroceso en muchos de estos conceptos, pero yo quiero ir un poco más allá, y creo, y hemos visto ya también en San Francisco y en la construcción de estas escuelas, que probablemente, aunque no se hubiera dado ese cambio de régimen, probablemente, no sé si hubieran llegado a fracasar, pero hubiesen tenido muchos problemas para llegar a buen término, porque eran proyectos tan megalómanos que no solo el coste de su construcción era extraordinario, y ya se veía que el Estado no iba a poder aportar todos los fondos necesarios, sino que pensemos luego en los costes de mantenimiento de esos edificios, con tres mil y pico personas, todo el personal, el mantenimiento de los espacios, etc. 
Por tanto, yo creo que hubo también, y creo que hay que decirlo, hubo también una falta de planificación, quizás unas prisas, y algunos ciertos errores de gestión, quizás de querer hacer algo, o de querer dar un cambio tan radical en tan poco tiempo, nunca lo sabremos, pero ya las dificultades que hubo para estos proyectos, que tenían que ser los modelos a seguir en el futuro, pues parece que así lo indican. Os voy a leer una crónica de la época, que salió en un periódico, creo, que bueno, de alguna forma hace referencia a esto. 

Bueno, para empezar ya, los propios arquitectos del proyecto de las escuelas de San Francisco, se quejaban un poco en la memoria de su proyecto, diciendo que el programa era un poco excesivo, que hubieran preferido un programa un poquito más liviano, que tuvieron que meterlo todo con calzador. Y luego la prensa local, por ejemplo, se realizó esta reflexión. Se ha pasado del "delirio de la miseria anterior a una nerviosidad por cambiar de prisa la situación anterior tan ruín". 

Los periodistas de entonces sí que sabían eso, pero no es sensato. Esos dos tipos de escuelas de niños que se han hecho, se refieren a estas dos, San Francisco y Briñas, y se quieren hacer cada vez más palacios y lujosos, son y serán siempre un error grave económico y pedagógico. Aquí probablemente la ideología del noticiero también estaba clara.
Pero yo creo que sí hay algo o mucho de verdad en esto, y que por tanto, como conclusión, y ya voy a ir acabando, podemos decir que ese fracaso, esa evolución que se tenía que haber dado hacia las escuelas activas, tuvo esas dos componentes. La política, pero también quizás la falta de una gestión adecuada o de una planificación más estructural, que vosotros también podéis opinar.
Pero sin embargo, con el paso de los años, yo creo que lo que sí es cierto es que los métodos pedagógicos actuales, nuestras escuelas, nuestros colegios actuales, sí que son, por lo menos en buena parte, deudores de aquel intento o de aquel esfuerzo por cambiar la metodología de los centros y de hacer a los alumnos y a las alumnas como sujetos más activos dentro de la vida de los centros escolares.

Yo creo que sí queda, o por lo menos aquel poso, de alguna forma, está presente en la metodología actual. Y yo sé que hay maestros y maestras y probablemente me podréis rebatir o aportar cosas. No sé si se me queda algo en el tintero.

Esto es básicamente lo que os quería contar hoy. Como resumen, esa evolución de la arquitectura docente en esas dos responsabilidades, primero directamente por nuestros grandes arquitectos de bilbainos, Bastida e Ispizua, que por ellos mismos ya impulsaron esas novedades, esas incorporaciones de nuevos espacios, ese cuidado por el bienestar de los alumnos y las alumnas, los profesores dentro del centro, y esta apuesta ya ideológica, política, de un cambio radical de metodología y de las arquitecturas que tenían que haber acompañado o que acompañaron de alguna forma esos nuevos centros escolares. Bueno, pues esto es lo que os quería contar. 

Muchas gracias. 
(Aplausos)

Debate:

Y ahora podéis comentar, preguntar. Antes, solo como anécdota, cuando he llegado he preguntado dónde estaban los aseos. 

Y me han dicho que ahí estaban los de adultos y ahí los de los niños. Y me he ido a los de los niños. Y ha sido toda una experiencia extraordinaria tener que agacharme, al lavarme las manos y tratar con los inodores de chiquitines, una arquitectura maravillosa.

Y tengo que decir que disfruto mucho, estando en este espacio, pensando que estas molduras, la inclinación del suelo, etcétera, estuvo en la mente y en la mano del extraordinario arquitecto por el que más hemos hablado de que ha sido Ispizu. Pues a su disposición. 

- ¿Para qué uso se diseñó la torre? 

La torre en realidad no tiene un uso específico, es casi un elemento escultórico.
Lo que hay dentro es una escalera y casi una forma de mirador. Sí que hay algún pequeño local en la parte de arriba, si no recuerdo mal. Pero no tiene un uso dentro del programa específico.

- Allá arriba había clase 

Arriba, sí, pero solo arriba. Aquí comentan que arriba sí que había una clase. 

- Viendo el tipo de finalidad que se tiene en mente cuando se afronta un proyecto de un colegio como estos que vemos aquí en esa época, se percibe la sensación como si estuviéramos delante de arquitectos que siguen a Vitruvio.
Tienes que saber cuáles son los vientos, tienes que saber cuáles son las necesidades de la persona que va a tener el uso de ese edificio y tienes que pensar en las necesidades de las personas y transformar casi la sociedad cambiando el tono en el que se desarrolla la educación. ¿Qué es lo que cambió en España o en el mundo para que esto no suceda ahora y parece que hacemos edificios donde lo más importante es que esté Franco ahí en la foto o que se reconozca como la escultura de un arquitecto más que como un edificio pensado en personas? 

Agradezco que hables de Vitruvio porque yo lo sigo reivindicando para los que no conozcáis un arquitecto romano que en su día escribió una publicación, creo que eran los libros de Vitruvio, que eran como unas normas de la buena construcción. Fijaos, Vitruvio hablaba de que un buen edificio tenía que cumplir tres máximas, firmitas, utilitas y venustas. 
Firmitas, bien construido, una buena construcción, venustas, un edificio bello, a ser posible, bonito y utilitas, utilitario, funcional. Yo creo que a veces, no sé si es algo que corresponde a la arquitectura actual o no, que a veces nos olvidamos un poco de utilitas, de la funcionalidad y podemos caer en el error de hacer edificios o proyectos para publicar, para las revistas. Yo reivindico que el arquitecto se tiene que meter en la piel de las personas que van a ocupar ese edificio, de esos niños que van a ir cada día al aula, de esos profesores que se van a hacer enfermeros, etc. 
Se tiene que meter en la piel. Y el primer elemento a resolver, el primer elemento a tener en cuenta yo creo que es la funcionalidad del edificio. Si luego ese arquitecto tiene unas habilidades lógicamente constructivas y tiene un buen gusto para hacer un edificio bonito, atractivo, pues lógicamente el conjunto ya se redondea. 
Pero sí es cierto que a veces, en casos puntuales, pues esa funcionalidad que siempre tenemos que buscar puede quedar un poco postergada. Y tenemos que reivindicar, yo creo que tenemos que reivindicar eso. Y estos arquitectos de aquella época se metían, se metían en el papel y además fijaos que años 20, años 30, años 10, no había internet ni había forma de saber lo que pasaba en otros lugares y sin embargo ellos estaban al día. 
Bastida sabía perfectamente cuando hacía sus lavaderos, sus centros de desinfección, las últimas maquinarias, las lavadoras que se estaban empezando a aparecer, Ispizua sabía cuáles eran las tendencias de las escuelas de bienes libres centroeuropeas, es decir, tenían sus contactos, viajaban, se informaban, traían a Bilbao lo mejor, lo mejor de cada una de las tipologías que acometían y eso es algo que se lo debemos a ellos y que todavía tenemos ahí afortunadamente muchos de sus proyectos. Así que, Vitruvio Moderno.

- Yo hasta hoy no había entrado en este colegio y el feliz serrano que estuvo ayer y me llama la atención mucho que, bueno, lo que han sido los suelos y las paredes, no sé, a mí no entiendo de esa obsesión que tenían con la higiene y a mí me resulta un poquito hospital este tipo de construcciones, el interior por lo menos me llama mucho la atención, el brillo, los suelos, me resulta un poquito hospital, ya se ha hablado de los lavaderos donde se infectaban y demás, no sé, yo puedo entender que en aquella época era una obsesión.

Claro, efectivamente, como lo que dices, eran materiales muy ligados a la higiene y a la sanidad, por tanto, eran materiales y elementos que se repetían tanto en la arquitectura social como en la arquitectura hospitalaria, por eso realmente puedes tener esa sensación. 

- Yo te iba a preguntar, más concretamente de este colegio, fuera en el patio, hay una zona que, yo he venido a este cole de día y le llamábamos la fuente, pero yo nunca lo he visto echar agua ni nada, no sé si fue una fuente en su día, no sé, no sabrás. 

¿En el patio, dices? 

-Sí, donde estaba, bueno, antes, donde está el árbol, donde estaba... 

Sí, ese elemento lo desconozco, pero si os habéis fijado, el vestíbulo a la entrada, en la forma lateral, hay dos grandes elementos que son fuentes, y que no eran fuentes decorativas, eran fuentes... 

- Vale, la de fuera le llamábamos la fuente, pero yo nunca la he visto con agua.

- ¿Se conserva documentación sobre la evolución de los cambios que se podía hacer en el edificio internamente, desde el momento en que se...? 

En este edificio en concreto. No lo he estudiado a fondo como para saber esa evolución, pero en otros casos de otros temas que he investigado, no siempre se mantienen esas intervenciones o esas modificaciones.
Aquí en Bilbao tenemos la suerte de que el archivo municipal está haciendo una labor extraordinaria. Normalmente, desde luego, en mis trabajos es una de mis fuentes habituales y más importantes, y ahí normalmente, si ha sido un proyecto, una modificación, algo que ha requerido de una licencia municipal, normalmente vamos a tener ahí ese proyecto, o esa licencia, o ese trabajo que se haya hecho en el centro. Pero sobre este centro en concreto, no te puedo decir qué documentación existe sobre eso.

- Lo decía porque cuando he entrado, he buceado un poco y mis recuerdos, he sido alumno de este centro, mis recuerdos, por ejemplo, donde está el comedor y el balcón, que aquello no era un balcón. Ahí yo he ido a las clases y tengo testimonio de que aquello no era un balcón, que es que en fotos ya no existían los móviles, pero tengo constancia escrita de ese sitio y del balcón que daba la calle, que estaba justo la sala cuna enfrente y no existía nada. Entonces, me gustaría saber si teníamos constancia de qué tipo de modificaciones se han realizado funcionales internas.

Habría que buscar, habría que buscar en esos archivos, aunque existe esa documentación, esos proyectos de intervención. Yo no sé si justo Izaskun que habéis intervenido en algunos, de éste no tenéis información, no habéis participado. 

- Recordando los tiempos de que yo venía al colegio, en su época el conserje vivía arriba en el colegio, no sé si es algo que se introdujo más tarde, no tengo ni idea.

Sí, inicialmente era el maestro o la maestra la que solía vivir en el propio colegio y tenía su vivienda o su zona. Luego se fue incorporando ese otro concepto del conserje, eso se ha mantenido durante largo tiempo en muchos sectores. Incluso en los colegios más modernos, estoy pensando ahora en las escuelas colegios de San Ignacio, Gonzalo en la escuela de San Ignacio vivía el conserje.
Y abajo todavía. 

- Las escuelas que tienen casa y hay conserje, hasta que no se jubile no dejan usar el espacio. 

¿Alguna cosa más?.

- Hablamos bastante del tema de la preocupación por la higiene, una característica de todos estos centros educativos de Isìzua y Bastida es cómo aprovechaban la pared para hacer ventanales enteros, prácticamente ocupando toda la pared, igual era una cosa llamativa para meterse mucho la luz. 

Tenía mucha preocupación por la iluminación natural. Es cierto que a partir de esos proyectos, las zonas aquí instaladas de las aguas etcetera se vieron muy ampliadas respecto de proyectos anteriores.

- De todas formas, esa preocupación yo creo que continuó porque en las escuelas de San Francisco recuerdo perfectamente que toda la parte exterior, que era un ángulo por San Francisco y Conde Mirasol, era todo cristalera. Por dentro había un pasillo, también haciendo una L, pero fuera todo cristalera.
Lo que es el exterior, imagino que sería por el mismo concepto. 

- Sí, a mí me gustaría dar las gracias a la comisión que organiza este centenario porque a personas como nosotras nos da la oportunidad de volver a este centro, me da como vergüenza decir más de 30 años después, pero sí, muchos años después. Muchas gracias a todos por este trabajo que estáis haciendo y por abrir el centro, como decía Bernardo, en este momento.
Y también a Bernardo, por esta misión que nos das, por alimentar de esta manera nuestra memoria emocional. Te lo he dicho antes, tengo ganas de llorar todo el rato porque es que volver a este centro, volver desde esta perspectiva, a mí me hace mucha ilusión. Nosotras estudiamos aquí, pero es que mi aita también.
Entonces, es una oportunidad súper bonita. Muchas gracias. 

(Aplausos)

Bueno, pues antes de que acabemos todos llorando de emoción, damos por terminada la charla.
No sé si vamos a poder asomarnos, aunque sea, a la zona del comedor. Está modificada, no corresponde exactamente a las imágenes que hemos visto, pero bueno, por lo menos el espacio para que podamos...

(Transcrito con ayuda de TurboScribe.ai)