Supersur y Bolintxu

Han pasado dos años desde que Asociaciones y particulares pusieran en marcha la Plataforma Contra la Ampliación de la Supersur "Bolintxu Bizirik", dos años exponiendo nuestra posición ante esta obra y denunciando su impacto sobre el Bolintxu por medio de acciones en las calles, en las aulas, en las Instituciones y en los Tribunales.

También han sido 2 años de silencio y mentiras por parte de la Diputación Foral de Bizkaia.
Hemos tenido que escuchar en boca del Diputado General, Unai Rementería, y del Diputado de Desarrollo Económico y Territorial, Imanol Pradales que no se iba a tocar el valle del Bolintxu y que el impacto ambiental sobre la zona de obras sería poco relevante. A día de hoy ya se han destruido 15 hectáreas de bosque y campiña del entorno de Seberetxe, incluidos hábitats de interés comunitario como el bosque de ribera, y, si no se para, en menos de un año la obra llegará al valle del Bolintxu.
Mintieron en este aspecto y tampoco han justificado en ningún momento la estimación del uso previsto para la Supersur. En 2005 justificaron la Infraestructura asegurando que 41.000 vehículos transitarían a diario por la VSM. En el momento de la inauguración del primer tramo redujeron las previsiones, sin ninguna explicación, a 24.000 vehículos. Sin embargo, según los datos hechos públicos por la propia Diputación referentes a 2018, las medias diarias apenas alcanzan los 12.000 vehículos y en algunos meses ni siquiera se llega a los 10.000.
Tampoco ha servido la VSM para conseguir uno de los objetivos de su construcción, resolver el problema de los atascos en la A8. Cualquier usuario o usuaria de la A8 puede dar fe de ello.
Por el momento, las únicas beneficiadas han sido las promotoras y constructoras adjudicatarias, que se embolsarán 187 millones de dinero público más los habituales desvíos presupuestarios.
Pero a la ruina económica que supone la Ampliación de la Supersur se añaden dos temas de gran importancia: Por un lado se estimula el uso del vehículo privado y se evita abordar la cuestión clave de la gestión de la movilidad en el área metropolitana de Bilbao; por otro, el Proyecto irrumpe de manera brutal en el corazón mismo de la joya del macizo Pagasarri: el valle de Bolintxu, un enclave reconocido en el Plan Especial del Monte Pagasarri como la zona de mayor riqueza en valores naturales del municipio bilbaíno y calificado por la propia Diputación como espacio a preservar por su alto interés en términos de biodiversidad.
El equipo de gobierno de la DFB ha presumido de sensibilidad medioambiental en todo este proceso mientras no valoraba ni facilitaba a la ciudadanía las conclusiones a las que llega el Estudio de Impacto Ambiental del propio proyecto de Ampliación: Incluso tras la aplicación de medidas correctoras, la afección sobre las aguas del arroyo Bolintxu, sobre la red de drenaje del valle y sobre su flora, parte de la cual será destruida, y sobre la fauna protegida y amenazada será severa, es decir, precisará de años para recuperarse si es que alguna vez lo hace.
Esta política informativa foral, construida sobre el silencio y la mentira, ha impedido el dialogo con las instituciones en busca de soluciones. Sin embargo, a estas alturas ni siquiera ellos pueden negar que, de seguir adelante la ampliación, el valle jamás volverá a ser tal y como lo conocemos. Tampoco han podido ocultar que trabajan con una Declaración de Impacto Ambiental caducada en 2017 y recurrida ante los Tribunales.
Por lo tanto, desde la Plataforma queremos transmitiros que aún estamos a tiempo de detener este despropósito. Los daños causados en Bolintxu no son irreversibles.
A nuestro favor juega la conciencia global en defensa de la sostenibilidad: Bolintxu es demasiado valioso, en su dimensión actual. Pero también debe empujarnos a su custodia el ser conscientes de que el Bolintxu es un legado de nuestros mayores,que lo conocieron y disfrutaron desde principios del siglo XX y transmitieron su bello influjo a las generaciones que siguieron, hasta hoy.