Hacia una gestion inteligente de nuestros bosques
No al monocultivo, aun menos de Eucalipto.
El hongo que hace enfermar a algunas coníferas ha llegado a Euskal Herria. Ayudado por el cambio climático y la alta humedad de este último año, la muerte paulatina de las vastas extensiones de pino radiata que cubren nuestros montes parece ya irremediable.
Una debacle para el sector maderero del país y un aviso importante para la sociedad en cuanto que afecta de lleno al ecosistema presente y futuro.
Sin embargo, también supone una oportunidad para repensar que montes queremos y como se deben gestionar.
Si bien es cierto que buena parte de la titularidad de los montes es privada, no es menos cierto que las diputaciones juegan un papel importante a la hora de planificar, legislar y decidir que especies subvencionar, cuales prohibir o cuales promocionar y en definitiva que política de montes llevar.
Este, es por lo tanto, un momento que debería generar un debate profundo entre todos los sectores interesados y afectados, empresas forestales grandes y pequeñas, grupos ecologistas, instituciones, técnicos y expertos. Un debate constructivo para estudiar posibles alternativas al monocultivo, que se ha demostrado dañino para el ecosistema, además de vulnerable a los incendios, plagas y enfermedades.
Existen muchos ejemplos a nivel europeo y mundial de como gestionar los bosques tanto positivos como negativos.
La pregunta del millón es cuál de ellos elegirán nuestros políticos si la sociedad se mantiene al margen de este debate.
Hasta ahora ha primado el mero interés de favorecer a ciertas grandes empresas forestales, es decir, ganancia rápida a costa de tierra quemada y desaparición de nuestro bosque autóctono de frondosas.
Por el momento hablan de fumigar los pinos enfermos con fungicidas que contienen cobre, lo cual, sino se hace con moderación, traerá la contaminación del suelo. Es decir, no se vislumbra un debate verdadero acerca de que futuro queremos ni de como conseguir un cierto equilibrio entre el aspecto económico y el ecológico.
Y por si esto fuera poco, el eucalipto se está erigiendo en sustituto primordial del pino.
Esto es sustituir un monocultivo por otro aún más dañino, que quema la tierra y contamina acuíferos.
Es decir, se está eligiendo el peor ejemplo, el de Galicia y Portugal, así que si no se toman medidas en poco tiempo estaremos como ellos, con un gran riesgo de incendios, la tierra aún más devastada que ahora, nuestra vegetación en vía de desaparición y los riachuelos contaminados con su consiguiente afección a la fauna.
Como no, existen otros ejemplos que plantean otras coníferas de mayor entidad y calidad, como abetos, secuoyas y otras ...que no plantean tantos problemas medioambientales y en especial se aconseja la variedad de especies compaginadas con las frondosas autóctonas, pero estas alternativas chocan con el ansia de ganancia rápida, de mínimos beneficios a costa de devastación total, a base de mínimo coste de extracción y espera. No se mira al futuro ni en el aspecto económico ni en el medioambiental, les da igual lo que van a dejar a las próximas generaciones y esta falta de alcance de miras es pan para hoy y hambre para mañana, para tod@s.
Aún estamos a tiempo de parar la debacle del eucalipto que ya ha comenzado en Bizkaia y de extender el ansia de un debate abierto, sosegado y profundo acerca del futuro de nuestros montes. Una partida sin las cartas marcadas por las papeleras, porque el medio ambiente no es público ni privado, simplemente es de todos y todas. Bien sea desde las asociaciones que ya trabajan en este tema ( Kolore Guztietako Basoak u otras ), como de forma particular, hagámonos oír y extendamos la voz de alarma. No al monocultivo, menos aun de eucaliptos.
DANI YANIZ