Entrevista a Iñaki en torno a la historia del barrio


Entrevistador: Jokin (para un trabajo de la Universidad en 2018)

1.- ¿Cuál fue el motivo principal para empezar a investigar en torno a la historia del barrio?

A comienzos de 2016, la Asociación de Vecinal de Iralabarri hizo un llamamiento a todas aquellas personas que quisiesen colaborar en la celebración del centenario del barrio. Mi implicación se materializó, especialmente, en la exposición fotográfica “Iralabarri: un siglo en la vida de un barrio” que, junto con la profesora de la UPV Arantza Pareja, preparamos a partir de abundante y diverso material que la misma Asociación Vecinal había ido recopilando durante cerca de 50 años –se constituyó en 1968-, más una ardua labor de investigación en diversas bibliotecas, hemerotecas y archivos. Dicha exposición estuvo instalada en la plaza Kirikiño cerca de tres meses, tuvo muy buena acogida y actualmente se puede contemplar en la última planta del edificio de la Harino Panadera.


2.- ¿Todos los vecinos que vivían en Irala eran trabajadores de la fábrica?

El barrio se construyó, en sus inicios, sobre terrenos de propiedad particular al este de la fábrica. Al inaugurarse ésta en los primeros años del siglo XX, Juan José Irala es el propietario de los terrenos donde se va a asentar el futuro Iralabarri, además de fundador y socio principal de la Harino Panadera. Las primeras casas del llamado “barrio particular de Irala-barri” se inauguran en 1908. Se trata de las llamadas "casas altas", en la manzana cuarta: cuatro edificios de cuatro alturas y cuatro manos por piso –actuales Irala 16, 18, 20 y 22-. Irala tuvo muchos problemas para conseguir los permisos necesarios, ya que los terrenos sobre los que quería construir estaban fuera del área urbana. En los escritos que presentó a las diferentes administraciones (Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Civil...), alegaba que el uso que se iba a dar a dichas casas era proporcionar vivienda a una parte de los trabajadores de la fábrica. Y probablemente los primeros inquilinos fueran, efectivamente, trabajadores de la Harino. Pero las viviendas de los siguientes edificios (manzanas segunda, tercera, quinta, sexta y séptima), construidos entre 1909 y 1916, serán ofrecidos en régimen de alquiler, en una muy elaborada operación inmobiliaria, a una amplia horquilla de trabajadores de todo Bilbao: desde obreros cualificados hasta altos empleados y directivos, tanto del sector público como privado. Lo que trataba Juan José Irala era crear un barrio en el que viviera un amplio espectro social, no sólo obreros. Y la oferta era muy variada: casas de vecinos, con y sin jardín; casas unifamiliares adosadas con jardín; chalets bifamiliares con jardín... Y como condición para conseguir una de esas viviendas, aparte de pagar el precio del alquiler, se imponían una serie de obligaciones que garantizasen la buena convivencia en base a lo que el promotor entendía como vida sana, tanto en lo material como en lo espiritual.

En efecto, se ha afirmado últimamente en varias ocasiones que el barrio fue construido para los trabajadores de la fábrica, y que nació como un barrio obrero. Pero, por lo que acabo de exponer, dichas afirmaciones son falsas o, cuando menos, muy matizables.


3.- ¿Quién fue Juan José de Irala? ¿Qué influencia tuvo en el barrio? ¿Y en Bilbao?

Juan José de Irala fue un industrial y emprendedor, que nació circunstancialmente en Torrelaguna (Madrid) en 1957. De joven vino a trabajar a Bilbao en la panadería de un familiar, y los conocimientos adquiridos en ella, acabaría abriendo su propio obrador de pan en San Francisco: "La Estrella de Viena". Su espíritu inquieto y emprendedor le llevó a montar un gran negocio de panadería y molinería, asociado con otros industriales panaderos, en unos terrenos suyos al sur de Bilbao y contiguos a las estaciones de mercancías de Amézola y La Casilla, con el ahorro de costes que suponía en logística esta circunstancia. Se trata de lo que se conocerá durante décadas como la "Harino-Panadera", en la que se empleó maquinaria moderna y nuevas técnicas innovadoras de producción, fruto de las ideas que había adquirido en sus viajes por Europa, de cómo se hacían las cosas en ese momento en el negocio del pan. Hizo también una incursión en el mundo inmobiliario, construyendo un nuevo barrio en sus terrenos, contiguo a la fábrica, pero fuera del area urbana de Bilbao. Su influencia en el barrio fue total, pues si bien estaba planteado como un negocio de arrendamiento de pisos, el propio Irala cuidó todos los detalles para conseguir un barrio sano, habitado por gente sana, con hábitos de vida sanos... En aquellos años, Bilbao estaba creciendo en población, escaseaba la vivienda y buena parte de la que había no ofrecía buenas condiciones de habitabilidad, lo cual era causa de enfermedades. Irala demostró que, si la iniciativa privada era capaz de construir viviendas en condiciones óptimas a precios asequibles, el problema tenía solución. Y seguro que el ejemplo del "barrio particular de Irala-barri" tuvo influencia en la constitución por el Ayuntamiento en 1918 de la "Junta de Viviendas" -hoy "Viviendas Municipales"-, que acometió la construcción de edificios de viviendas en las debidas condiciones, en régimen de alquiler, para dar solución al mismo problema de la falta de vivienda y de la infravivienda.



4.- ¿Cuántos vecinos llegó a tener el barrio de Irala en sus inicios/orígenes?

Como comentaba anteriormente, Iralabarri nace por el empeño de su promotor en construir una urbanización sobre terrenos de su propiedad en la primera década del siglo XX, aunque en la zona ya había algunas casas y caseríos -por ejemplo, la casa de Arechavaleta, conocida hoy como "la de la parra", los caseríos de Arane y la Cuncuna o el caserío Guiña-. Respecto a lo que era propiamente el "barrio particular de Irala-barri", en un plano promocional de 1913, titulado ”Iralabarri: pintoresco barrio moderno”, aparece resaltada la ubicación del barrio respecto a Bilbao, así como un cuadro estadístico, en el que podemos ver la evolución de sus primeros años:

1908: 27 familias (198 personas, de las cuales 8 niños "que acuden a las escuelas")

1909: 96 familias (524 personas, 31 niños)

1910: 167 familias (972 personas, 63 niños)

1911: 190 familias (1104 personas, 93 niños)

1912: 246 familias (1552 personas, 124 niños)

En el mismo plano se puede leer, dirigido a quien pueda interesar: "En construcción 35 chalets con 70 viviendas con jardín". El barrio continuó con su fuerte crecimiento demográfico hasta 1917, tras la inauguración de la manzana sexta, última construida en vida de Juan José de Irala, cuyo fallecimiento repentino en febrero de dicho año frenaría para siempre su sueño, ya que quedaban aún por construir las manzanas primera -actual de los franciscanos-, más de la mitad superior de la segunda manzana -actual de Merka Irako- y un solar más abajo de la cuarta manzana -que el propio Irala ofreció sin éxito al Ayuntamiento para construir unas escuelas, y que años después ocuparía la Harino Panadera, asomándose la fábrica de esta manera a la calle Irala-.


5.- ¿Qué tipos de servicios se podían encontrar en el Irala de hace cien años?

El Iralabarri de hace 100 años era aún un barrio particular, es decir, situado sobre terrenos de propiedad privada, que se había construido gracias al empeño de su promotor y siempre en contra del criterio del Ayuntamiento, que puso todos los obstáculos a su alcance para que dicho proyecto no llegase a término, aduciendo especialmente que estaba situado fuera de la zona urbana que contemplaba la nueva ampliación del Ensanche de Bilbao de 1905. Juan José de Irala se dirigió repetidas veces al consistorio para que se dotase de servicios municipales al nuevo barrio, en el que ya llegaba a haber más de 2000 personas, de las cuales una parte importante eran niñas y niños en edad escolar. Para la construcción de unas escuelas llegó a ofrecer al Ayuntamiento el terreno que hacia esquina entre las calles Irala y Ugalde. Pero el Ayuntamiento siempre daba largas, justificándose en eso mismo: que era un barrio de propiedad particular fuera de la zona urbana. No obstante, y a fin de paliar esas carencias, el mismo Irala dotó al barrio de algunos servicios, entre los que cabe mencionar:

1) Reservó dos de los chalets para establecer en ellos sendas escuelas para niñas y niños, separados por sexos.

2) Promovió la apertura de un economato, en el que los vecinos-socios podían adquirir productos de primera necesidad a precios económicos.

3) Se abrió una farmacia, en la que los vecinos del barrio obtenían descuentos de hasta un 50%.

4) Contrató los servicios de un médico para el vecindario.

Y además, fuera de la zona del barrio particular, en la calle Urizar se encontraban:

1) El colegio del Amor Misericordioso, dirigido por religiosas.

2) El Hospital Militar, que aunque era un servicio reservado para los militares, atendía las urgencias médicas que se presentasen -pasándole después la minuta correspondiente al Ayuntamiento-.

Fallecido Irala en 1917, llegaron al barrio dos importantes servicios más:

1) El tranvía nº 10, Arenal-Iralabarri (1918).

2) Las Escuelas de Tomás Camacho (1925), construidas poco después de la inauguración del barrio municipal de Torre-Urizar -hoy integrado en el de Iralabarri-, que supuso un crecimiento grande de la población escolar.


6.- En lo que se refiere a la arquitectura, ¿Cuál es la razón principal por la que muchas de las casas son de estilo/influencia ingles/a?

Juan José de Irala era un emprendedor, un espíritu inquieto que aprovechaba sus viajes por Europa para fijarse en las ideas novedosas que se aplicaban con éxito en otros países en diferentes campos. Algunas de esas ideas las aplicó no sólo en sus negocios panaderos -que culminarían en la moderna fabrica de harinas y pan de Vista Alegre- sino también en su negocio inmobiliario. En un viaje a Inglaterra reparó en una forma de construir viviendas basada en el higienismo. Esta era una corriente que trataba de mejorar la salud de la población incidiendo en los hábitos de vida sanos de cada uno de los individuos, especialmente en una buena alimentación y en una vivienda adecuada. Debemos recordar que estamos hablando de una época en la que la infravivienda -con habitaciones húmedas, oscuras, sin ventilación, y en muchos casos con apenas una letrina compartida para varias viviendas- estaba muy generalizada, y era motivo de enfermedades que a veces se convertían en epidemias y, por consiguiente, en un problema de salud pública. Hoy día, varias décadas después del descubrimiento de la penicilina y el desarrollo de los antibióticos, hemos perdido el respeto a enfermedades como la tuberculosis, el tifus o la sífilis. Pero entonces eran un verdadero problema. Las viviendas del barrio de Iralabarri iban inspiradas en dicha corriente higienista, y quienes tienen hoy día el privilegio de vivir en alguna de las que aún se conservan, pueden atestiguar que todos sus huecos interiores dan al exterior, sin habitaciones o cuartos ciegos. Se le daba mucha importancia a la luz y a la buena ventilación: Casas bajas, con jardines; amplios patios interiores; calles más anchas que la altura máxima de las casas... Como rezaba la publicidad de la época, se vendían las bondades de Iralabarri como "una ciudad en el campo".


7.- ¿Cuál fue la razón del cierre de la fábrica? ¿En qué año cerró sus puertas? 

La drástica disminución del consumo de pan en Vizcaya entre 1965 y 1975 y la posterior liberalización de la venta de pan en 1976 ahogó financieramente a esta centenaria empresa bilbaína, que en 1984 presentó expediente de quiebra. La reestructuración empezó con la entrada de un nuevo equipo directivo. Una de sus primeras actuaciones fue la reforma de los despachos de venta al público, que comenzaron a recibir pan de media cocción que los vendedores terminaban de hornear para vender barras recién hechas a los clientes. La fábrica entró en beneficios en 1994, pero la bajada continuada del consumo llevó definitivamente a la empresa a cerrar sus instalaciones de Vista Alegre en 1997, prejubilando e indemnizando a los 153 trabajadores de su plantilla e iniciando un plan de viabilidad. No obstante, Harino Panadera abrió en Zamudio una nueva planta, Breadies Factory, con una plantilla de 54 trabajadores. La nueva panificadora, que supuso una inversión de 1.500 millones de pesetas, estaba participada también por capital italiano y francés, pero tampoco consiguió reflotar el negocio. La antigua fábrica se cerró, como hemos dicho, en 1997.


8.- Con el cierre de la fábrica el barrio se vio sumergido en diversos cambios. ¿Podrías nombrar alguno de los cambios más significativos del barrio?

Aunque pudiera parecer lo contrario, el cierre de la Harino Panadera apenas afectó laboralmente al barrio, pues la inmensa mayoría de su plantilla -342 trabajadores en 1988- no vivía en Iralabarri. Sin embargo, sí se operaron cambios importantes en ese entorno. La demolición de la fábrica -de la que se conservó el edificio de molienda de harina con sus antiquísima maquinaria- dio paso a la construcción de unos bloques de viviendas y la apertura de una calle que une Iralabarri con la nueva urbanización de Amézola. Esto supuso un hito importante para el barrio, pues hasta entonces, el único acceso al mismo por su parte baja era el embudo de entrada por la calle Irala. Además, en los años siguientes, el Ayuntamiento procedió a peatonalizar parcialmente la avenida Reyes Católicos, aceptando en parte una reivindicación vecinal. Con ello se ha creado una zona de ocio para el barrio en la que el vecindario puede hacer vida social de manera más atractiva. Sobre antiguo edificio de la Harino Panadera, que inicialmente se anunció como futuro Museo del pan, se ha realizado una profunda restauración, y a él se ha unido un nuevo edificio que hoy alberga las oficinas del Area de Salud y Consumo del Ayuntamiento. Se oye que próximamente albergará un ambulatorio.


9.- En su día el barrio también era conocido como la ciudad jardín de Bilbao. ¿y hoy en día? ¿Con que se asocia al barrio? ¿Qué tipo de transformación ha vivido el barrio? 

El barrio comenzó su declive en el momento en que falleció su promotor en 1917. Al poco tiempo, su familia se desprendió de buena parte de sus acciones en la Sociedad Inmobiliaria Iralabarri. La idea original de Juan José de Irala no se respetó, y se levantaron fábricas y talleres en los solares que aún quedaban por edificar. Además, los nuevos gestores de la Inmobiliaria, a fin de obtener más beneficios, hicieron recrecer algunos de los edificios al doble de su altura original en los años 50. El Ayuntamiento fue colaborador necesario en este desaguisado, pues además de otorgar los permisos para dicha transformación, no ponía el más mínimo celo en arreglar las calles, que le habían sido cedidas en 1940 por la Inmobiliaria -recordemos que, inicialmente, todo el barrio era terreno particular-. En los años siguientes, la especulación urbanística se cebó con el barrio, y la piqueta acabó con buena parte de los antiguos chalets para edificar manzanas de casas de seis o siete alturas, que salían a las calle hasta donde antes había jardines. Es en este proceso cuando una parte de los vecinos decide asociarse para poner freno a tanta barbaridad y desidia. Con la llegada de la democracia, se logró poner fin a la especulación, y desde entonces se han ido consiguiendo mejoras. Hoy día, y depende a quién le preguntes, de Iralabarri te pueden decir de todo: el barrio de las termitas, el de las casitas inglesas, el de la Harino Panadera, el del centenario, el de la lucha vecinal, el de la droga... Claroscuros para un barrio muy vivo.


10.- El pasado año se celebro el centenario del barrio. ¿Qué tipo de actividades se prepararon? ¿Hubo participación por parte del consistorio? 

Las actividades fueron muy diversas: charlas sobre aspectos históricos del barrio o nuevas propuestas a futuro; un ciclo de cine en el que se proyectó diverso material audiovisual, siempre relacionado con Iralabarri; concursos de dibujo y pintura, de engalanamiento de balcones, de fotografía...; carreras infantiles; reedición del Criterium ciclista San Antonio de Iralabarri para aficionados; exposición de fotografías antiguas; e incluso la realización de un mural homenaje a barrio en una de las paredes ciegas en entrando a Iralabarri por la calle Irala. Se utilizaron las redes sociales y una cuidada cartelería para anunciar los eventos. También se ha aprovechado para actualizar el formato de la veterana revista "Iralabarri", editada ininterrumpidamente por la Asociación Vecinal desde 1987. El Ayuntamiento ha colaborado económicamente, de manera directa o indirecta, en buena parte de las actividades, si bien siempre se ha dejado bastante libertad en toda la organización. 


11.- ¿Cómo valorarías el/la papel/influencia que tuvo Juan José de Irala en el barrio? ¿Fue su influencia positiva para el crecimiento de la Villa? 

Se le debe a Juan José de Irala el propio nacimiento del barrio, en las buenas condiciones iniciales que lo hizo: casas asequibles económicamente, higiénicas, amplias avenidas, jardines, y servicios dotados por él mismo -en tanto en cuanto la lenta burocracia del Ayuntamiento acababa de proveerlos-. La influencia llegaba más allá, pues el tipo de familias que aceptaba para poblar el barrio debían cumplir unos requisitos, a fin de garantizar una sana convivencia. Es muy recordado el hecho que, en vida de Irala, la Inmobiliaria Iralabarri señalaba en su publicidad que estaba prohibido el establecimiento de tabernas en el barrio, lo cual hay que contextualizar adecuadamente: en aquella época, el alcoholismo era un grave problema social, causa de la desestructuración de muchas familias, y todo lo que derivaba de ello. Sí, podemos decir que su influencia fue muy positiva. Pero la pena es que Irala falleció demasiado pronto (1917), y con él desaparecía su gran valedor. Lo que vino después, en las siguientes décadas, poco tenía que ver con aquellas ideas con que su promotor creó el "Barrio moderno de Irala-Barri".

Respecto a su influencia en la Villa, podríamos decir que lo que era bueno para Iralabarri lo era para Bilbao. Y apenas tres años después de la muerte de Irala, el Ayuntamiento crea la barriada de Torre-Urizar un poco más arriba de Iralabarri. Y, poco tiempo después, en medio de ambos barrios, se inauguraban las Escuelas de Tomas Camacho. Si Irala no hubiese construido el Irala-barri original, esa zona de Bilbao habría tenido muy posiblemente otra fisonomía.  


12.- De cara al futuro, ¿Cómo ves el crecimiento del barrio? ¿Qué tipo de barrio te gustaría tener?

El Barrio ya no puede crecer más, salvo por la parte de Eskurtze, donde hay unos pabellones industriales en desuso, susceptibles de convertirse en viviendas. No sé como será el futuro del barrio, pero sí sé que en él van a tener mucha influencia algunos de los siguientes aspectos:

- La desaparición de la barrera del tren entre Rekalde e Iralabarri.

- El envejecimiento paulatino de la población (la generación del boom demográfico de los años 50-70 del siglo pasado, se ha empezado ya a jubilar).

- La llegada de familias inmigrantes de otros países.

- El comercio local y su transformación, derivada del cambio en los hábitos de consumo.

- Si llega al barrio el metro, inicialmente algo positivo, se corre el peligro de que se dé un proceso de gentrificación en Iralabarri.

En mi opinión, el Iralabarri ideal: estaría bien comunicado con el centro por medios de transporte público; con todos los servicios razonablemente cerca; con un vecindario diverso en cuanto origen o status pero viviendo en sana armonía; sin delincuencia; sin especulación inmobiliaria salvaje; con un tejido de comercio de barrio viable que evite que nos convirtamos en un barrio dormitorio; en el que se vayan resolviendo paulatinamente algunos de los problemas urbanísticos derivados del pasado; y, sobre todo, con un vecindario que se implique en demandar soluciones para todos los problemas que afecten al barrio.